Cheque personal: es aquel emitido
contra la cuenta corriente de una persona física o jurídica (empresa). A los
titulares de cuentas corrientes se les entrega un talonario personalizado con
cheques impresos que pueden utilizar como medio de pago, y en los que figuran:
El número de cheque y código de
identificación. El Código Cuenta Cliente (CCC) que identifica la cuenta.
El uso del cheque personal como medio
de pago ha disminuido con la aparición de otros más cómodos, como las tarjetas
de crédito y la banca online, pero sobre todo debido a los inconvenientes que
dificultan su cobro.
Para hacer efectivo el pago de un
cheque personal, es necesario que el librador disponga de los fondos necesarios
en la entidad que figura como librado. Es decir, si alguien le paga con un
cheque personal, usted no tiene garantía de poder cobrarlo. Si el librador no
tiene dinero suficiente en su cuenta, el banco no lo abonará y usted tendrá que
reclamar el pago. Las entidades cobran además altas comisiones por cada cheque
devuelto por fondos insuficientes; en España, estas comisiones (normalmente un
2%-3% del valor del cheque, con un mínimo de 9 Euros) no las paga quien coloca
el cheque sin fondos, sino el que lo presenta para su cobro.
Incluso cuando hay fondos suficientes,
si no se cobra el cheque en la misma entidad que el librado (incluso en la
misma sucursal), el beneficiario tendrá que pagar una comisión.
Por último hay que citar los problemas
relacionados con la seguridad. Existe la posibilidad de fraude por
falsificación o alteración del cheque, lo que puede perjudicar tanto al emisor
del mismo como a la persona que lo pretende cobrar.
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